Esta tarta de limón sin horno es fantástica ya que esta buenísima y parece de pastelería, y lo mejor aparte de que es casera es que es súper sencilla de preparar, con lo que cualquiera puede hacerla.
Un postre fresquito y aromático, con ese sabor a cítrico que solo de olerla te abre el apetito y te refresca; estarás deseando que llegue la hora del postre para disfrutar de esta delicia. Y como no es perfecta para cualquier cumpleaños o celebración.
Ingredientes para una tarta pequeña, un molde desmoldable de 18 cm:
Para la base:
125 gr de galletas tipo digestive o unas 8 ó 9 galletas
50 gr de mantequilla
Para el relleno:
1/2 litro de nata o crema de leche para montar con 35% de M.G.
200 gr de leche condensada
1 yogur de limón 125 gr o yogur natural, griego,…
El zumo de un limón
2 sobre de 85 gr cada uno de preparado para hacer gelatina de limón
Para la cobertura de limón:
El zumo de un limón y su ralladura
80 gr de azúcar
1 sobre de 85 gr de preparado de gelatina de limón
1 vasito de agua
Empezamos triturando las galletas, podéis hacerlo en un mortero, con un robot de cocina o colocando en una bolsa de congelar o una normal las galletas, cerramos la bolsa y le damos golpes con la ayuda de un rodillo o una botella hasta hacerlas polvo, no es pasa nada si nos queda algún trocito.
Derretimos la mantequilla y se la añadimos a las galletas, mezclamos hasta conseguir una masa que echaremos en la base del molde que previamente habremos forrado con papel de horno o parafinado. Presionamos con la ayuda de una cuchara para que nos quede una base compacta y lisa. Después guardaremos en el frigorífico para que se endurezca.
Vamos con el relleno, para ello vertemos en una cazuela la nata, la leche condensada, el yogur y la gelatina en polvo y llevamos al fuego, calentamos sin que llegue a hervir moviendo constantemente, una vez caliente apagamos el fuel zumo de limón, mezclamos y dejamos a temperatura ambiente hasta que se atempere.
Con el relleno ya templado se lo echamos al molde sobre la galleta con mucho cuidado para que no se mezcle y de nuevo llevamos al frigorífico para que vaya cuajando.
Cuando veamos que la tarta empieza ya a cuajar, una 1 hora o hora y media después nos ponemos a preparar la cobertura de limón.
Calentamos en una cazuela el zumo de limón, su ralladura, el azúcar, el agua y la gelatina en polvo y una vez caliente retiramos del fuego y dejamos que se atempere antes de echar sobre la tarta que ya estará semicuajada.
Cuando ya tengamos la cobertura de limón casi fría pero aun líquida la vertemos sobre la tarta con un chorrito fino y sobre el reverso de una cuchara, de este modo evitaremos que se rompa la tarta o se mezclen. La guardamos de nuevo en el frigorífico y dejamos que se solidifique del todo, lo mejor es dejarlo de un día para otro.
Cuando la tarta de limón sin horno este totalmente cuajada tan solo tenemos que desmoldarla, repasamos los bordes del molde con el reverso del cuchillo para que salga fácilmente y la tendremos lista para servir, ya veréis que bonita pero sobretodo rica.