Como ya sabéis, hace un tiempo disponemos en nuestra tienda de varios tipos de mieles «atípicas» como la miel de azahar o la miel de romero. Una de estas mieles es la de montaña.
La miel de montaña es una miel recogida de las flores de montaña, es decir, que se origina mediante una mezcla de varias flores, a unas alturas generalmente superiores a los 1000m, de ahí que sea tan especial.
La miel de montaña tiene muchos beneficios bastante interesantes.
Tiene un gran potencial antibacteriano y antioxidante. De igual manera, puede servir muy bien ayudando en la desinfección y cicatrización de una herida.
Se trata de una miel muy digestiva que puede ayudar a posibles problemas estomacales y a la lucha contra cálculos renales.
También tiene propiedades antiinflamatorias, con lo que puede ayudar a aliviar el dolor de garganta y la tos (todos sabemos lo incómodos que son los resfriados en verano.
Además, también se puede usar perfectamente en postres o bebidas, de manera edulcorante, suprimiendo así el azúcar clásico por un endulzante natural y mucho más sano.