El pomelo es un cítrico poco común en las despensas españolas, así que hoy vamos a hablar de sus beneficios e intentar que esto cambie.
Como sabéis, es un cítrico y, por lo tanto, posee una gran cantidad de vitamina C, con los beneficios que eso conlleva. Un dato curioso de los pomelos es que su aporte calórico es muy bajo, al estar compuestos en un 90% de agua.
Al igual que otros cítricos, el pomelo es bueno para el corazón, mejorando la circulación sanguínea, y para la pérdida de peso, bajando los niveles de glucosa.
El pomelo contiene betacarotenos, unos pigmentos que tienen propiedades antioxidantes y que ayudan, no solo a retrasar el envejecimiento, si no a prevenir enfermedades oculares propias de este mismo, como la degeneración macular o las cataratas.
También es bueno para prevenir la artritis. Otro de los componentes del pomelo es el ácido salicílico, que ayuda a descomponer el calcio inorgánico que se acumula en las articulaciones. Por otro lado, actúa como antiinflamatorio y regula la grasa en la piel.
Por último, según la Asociación Americana del corazón, el pomelo puede reducir el riesgo de ictus en mujeres u otros accidentes cerebrovasculares similares.